La razón de Colanta para incursionar en el mercado de los quesos maduros sigue siendo la misma de hace 31 años: deshacerse de los excedentes de leche.
Cuando la Cooperativa Lechera de Antioquia (Colanta) comenzó su producción y venta de leche se encontró con una paradoja, no había leche.
El 25 de julio de 1976 esperaba recibir 28.000 litros, solo llegaron 8.000. Pero eso no fue lo peor, lo más preocupante fue que de esos 8.000 solo vendieron 3.000. Sobraron 5.000. A los dos años de estar en funcionamiento tenían hasta 30.000 litros de sobra.
Abatidos, pero no derrotados ante esta adversidad inesperada, los directivos de la naciente Cooperativa, con su actual gerente, Jenaro Pérez, a la cabeza, buscaron una respuesta a la pregunta que les generaba cierta intranquilidad: "¿Qué hacer con esa cantidad de leche sobrante?".
En ese entonces, lo que se hacía era vaciar el líquido, pasteurizarlo de nuevo y venderlo a los fabricantes artesanales de queso.
Lo otro que acostumbraban era hacer queso prensado para vender como materia prima en las panaderías. En unas canecas de 40 litros cuajaban la leche, esa cuajada la pasaban después a unas bolsas o talegos, de donde posteriormente era trasladada a unas cajas con huecos.
Esta incipiente forma de transformar una sustancia líquida, como la leche, en una masa de sabor pastoso, es la precursora de uno de los mercados más florecientes de la emblemática empresa paisa: la fabricación y comercialización de quesos maduros.
La razón de Colanta para incursionar en el mercado de los quesos maduros sigue siendo la misma de hace 31 años: deshacerse de los excedentes de leche. Entre 1995 y 2005, Colanta repartió en barrios populares de Bogotá y Medellín 55 millones de litros de leche.
Para lograr una perfección en la fabricación de esta clase de quesos, ideal para acompañar con vinos, a diferencia del fresco, blanco o campesino que se acostumbra para comer con la tradicional arepa o con algunos dulces, fue necesaria la llegada de expertos.
Los primeros que llegaron fueron cinco holandeses que a principios de los años ochenta vinieron al país a hacer su año sábatico. Uno de ellos era especialista en quesos y se quedó en Colanta.
Después vino un argentino que fue el que enseñó la elaboración del queso Mozarella; posteriormente, un italiano que aleccionó en Parmesano y Pecorino; luego fueron un técnico uruguayo y un danés. Ahora hay un alemán, Karl Heinz, quien hizo el queso Manchego.
La gama de quesos maduros que Colanta elabora, además del Mozarella, Parmesano, Pecorino y Manchego, son Cheddar, Tilsit, Gouda, Emmental y Gruyere.
"Para Colanta esta ha sido una experiencia buena, pero lenta porque aquí no hay cultura del consumo del queso", dice Pérez.
Ante esta situación, Colanta decidió también incursionar en los vinos y están importando vino de España y copas de Eslovaquia.
Para la actual elaboración de quesos maduros, Colanta no ha tenido que hacer grandes inversiones. "Tenemos leche de buena calidad y conocemos del producto. Siempre contamos con asesores internacionales", agrega Pérez.
El fruto de estos años de trabajo mereció el reconocimiento de 'Al mejor queso del año', premio entregado por primera vez por el Consejo Nacional de la Calidad de la Leche y la Mastitis en Bogotá.
Sobre Colanta
Colanta es la empresa lechera más grande de Colombia con 4 pasteurizadoras de leche en Medellín, Bogotá, Armenia y Planeta Rica (Córdoba); 2 pulverizadoras en Planeta Rica y una en San Pedro (Antioquia) y 4 evaporadoras para leche y suero. También ha diversificado su cadena de productos, además de lácteos, quesos frescos y madurados, tiene postres, cárnicos, granos, refrescos e insumos agropecuarios. Frigocolanta sacrifica 500 animales diarios entre terneros, reses y porcinos con los cuales produce sus carnes frías o embutidos. Tiene una gran cadena de 50 almacenes agropecuarios en el país y una planta de concentrados para la producción de alimentos balanceados para animales en Santa Rosa de Osos (Antioquia) y línea de fertilizantes.
Tomado de
JORGE IVÁN GARCÍA J.
EDITOR REGIONAL EL TIEMPO
MEDELLÍN
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